Los Cachacos de Antes: Un Viaje a la Bogotá de Ayer

La Bogotá de antaño era una ciudad muy diferente a la metrópolis moderna que conocemos hoy. En aquellos tiempos, sus habitantes, conocidos cariñosamente como “cachacos”, marcaban la identidad cultural y social de la ciudad. Este artículo te llevará en un viaje por la vida cotidiana de los cachacos, explorando sus costumbres, su alimentación, sus modos de transporte, su forma de hablar y su vestimenta. Prepárate para descubrir un capítulo fascinante de la historia bogotana.

¿Quiénes eran los Cachacos?

El término “cachaco” se utiliza para describir a los bogotanos tradicionales de las décadas pasadas. Aunque en algunos contextos podría usarse de manera despectiva, en general, se asocia con una imagen de personas educadas, elegantes y de buenos modales. Los cachacos eran conocidos por su formalidad y su respeto a las normas sociales. Además, esta etiqueta se extendía a un estilo de vida marcado por la urbanidad y la sofisticación.

¿Qué Comían los Cachacos?

La alimentación de los cachacos estaba marcada por una mezcla de influencias españolas e indígenas, creando una cocina rica y variada. Algunos de los platos típicos que disfrutaban incluían:

Ajiaco

Una sopa espesa hecha con diferentes tipos de papas, mazorca, pollo, guascas y alcaparras, servida con crema de leche y aguacate. El ajiaco es un emblema de la gastronomía bogotana. Este plato no solo era una delicia culinaria, sino también un símbolo de la hospitalidad cachaca, ya que se servía en reuniones familiares y festividades.

Ajiaco colombiano

Tamal

Masa de maíz rellena de carne, vegetales y condimentos, envuelta en hojas de plátano y cocida al vapor. Era un plato común en los desayunos de los domingos, acompañado por una taza de chocolate caliente. El tamal tenía un significado especial en las celebraciones navideñas, donde se preparaba en grandes cantidades para compartir con familiares y amigos.

Del restaurante La Puerta falsa

Changua

Una sopa de leche con huevo y cebolla, acompañada de almojábanas o arepas. Esta preparación era típica para el desayuno, especialmente en días fríos. La changua no solo nutría, sino que también brindaba confort en las frías mañanas bogotanas, siendo un ejemplo de la cocina hogareña de los cachacos.

Changua colombiana

Además de estos platos principales, los cachacos disfrutaban de una variedad de postres tradicionales como las brevas con arequipe, el arroz con leche y las obleas. La repostería era un arte apreciado, y no era raro encontrar en las mesas bogotanas dulces y pasteles elaborados con esmero.

El Transporte de los Cachacos

El transporte en la Bogotá de antaño era muy distinto al de hoy en día. Los cachacos dependían principalmente de:

Tranvía (1882-1951)

Introducido a finales del siglo XIX, el tranvía fue uno de los principales medios de transporte en la ciudad hasta mediados del siglo XX. Era una forma eficiente y elegante de moverse por la ciudad. Los tranvías no solo facilitaban la movilidad, sino que también eran espacios de encuentro social, donde los cachacos podían conversar y mantener sus relaciones sociales mientras se desplazaban.

Los tranvías de Bogotá

Carretas y coches tirados por caballos

Antes de la masificación del tranvía, estos vehículos eran comunes en las calles empedradas de Bogotá. Las carretas eran utilizadas para el transporte de mercancías y los coches para el transporte de personas. Los coches tirados por caballos eran un símbolo de estatus, y las familias acomodadas los utilizaban para asistir a eventos sociales y ceremonias religiosas.

Carruaje tirado por caballos

A pie

Muchos bogotanos recorrían la ciudad a pie, especialmente en el centro, donde las distancias entre los principales puntos de interés eran relativamente cortas. Caminar por las calles de Bogotá era una oportunidad para apreciar la arquitectura colonial, saludar a conocidos y disfrutar del ambiente tranquilo de la ciudad.

La Forma de Hablar de los Cachacos

Los cachacos eran conocidos por su manera de hablar educada y formal. El acento cachaco, caracterizado por un ritmo pausado y una pronunciación clara, reflejaba su formación y su respeto por el idioma. Algunas expresiones y modismos típicos incluían:

“Carajo”

Utilizado como exclamación, a menudo para mostrar sorpresa o enojo, pero siempre en un tono moderado. Esta expresión, aunque coloquial, era usada con cierta elegancia, sin perder la compostura.

“Sumercé”

Una forma respetuosa de dirigirse a otra persona, equivalente a “usted”. Esta palabra, de origen colonial, denota cortesía y reverencia, y era común en el habla cotidiana de los cachacos.

“Chévere”

Utilizado para expresar que algo es bueno o agradable. Aunque esta palabra se ha extendido a nivel nacional, en su origen, los cachacos la utilizaban para mostrar aprobación con un toque de entusiasmo moderado.

Además, los cachacos eran hábiles en el uso del lenguaje formal y culto. Las conversaciones incluían citas literarias, referencias a la historia y discusiones sobre temas de actualidad, siempre manteniendo un tono respetuoso y considerado.

La Vestimenta de los Cachacos

La vestimenta de los cachacos reflejaba su elegancia y su apego a la formalidad. Tanto hombres como mujeres se vestían con esmero y cuidado:

Hombres

Solían vestir trajes oscuros con corbata y sombrero. Los trajes eran de corte clásico, hechos de telas de buena calidad. El sombrero, a menudo un sombrero de fieltro, era un accesorio indispensable. En ocasiones especiales, los hombres usaban frac o smoking, demostrando su sofisticación y estatus social.

Mujeres

Vestían faldas largas y blusas de manga larga, a menudo adornadas con encajes y bordados. Los vestidos eran de colores sobrios y las mujeres usaban guantes y sombreros para complementar su atuendo. La moda femenina también incluía mantones y chalinas, que añadían un toque de distinción a su apariencia.

Niños

También se vestían de manera formal, con ropa similar a la de los adultos, pero adaptada a su tamaño y necesidades. Los niños llevaban trajes pequeños y las niñas vestidos con encajes y lazos, reflejando la importancia de la presentación personal desde temprana edad.

La moda cachaca no solo se trataba de la ropa, sino también de la actitud. La postura erguida, los modales refinados y el comportamiento respetuoso eran parte integral de la presentación personal.

La Vida Social de los Cachacos

La vida social de los cachacos giraba en torno a actividades que promovían la cultura y el buen gusto. Algunas de estas actividades incluían:

Teatro y ópera

Asistir a representaciones teatrales y operísticas era una actividad común entre la élite bogotana. El Teatro Colón era uno de los principales escenarios para estas artes. Las veladas en el teatro eran ocasiones especiales donde los cachacos podían lucir sus mejores galas y disfrutar de la alta cultura.

Teatro Colón, inaugurado en 1892 en la celebración de los 400 años del “descubrimiento” de América.

Tertulias

Reuniones informales donde se discutían temas de literatura, política y arte. Las tertulias eran una oportunidad para el intercambio de ideas y para fortalecer los lazos sociales. En estas reuniones, los cachacos demostraban su erudición y su capacidad para el debate civilizado.

Paseos y picnics

Los paseos dominicales a lugares como el Parque Nacional o los alrededores de Monserrate eran populares. Las familias llevaban cestas con comida y disfrutaban de un día al aire libre. Estas salidas no solo ofrecían recreación, sino también la oportunidad de disfrutar de la naturaleza y la compañía familiar.

Parque Nacional Olaya Herrera

Además, los cachacos organizaban bailes y fiestas en sus hogares, donde la música y el baile eran elementos centrales. El vals y la polca eran los bailes de moda, y las parejas se movían al compás de la música con elegancia y gracia.

Costumbres y Tradiciones

Las costumbres y tradiciones de los cachacos estaban profundamente arraigadas en la vida familiar y comunitaria. Algunas de las prácticas más destacadas incluían:

El rezo del rosario

La religión católica jugaba un papel central en la vida de los cachacos. Las familias se reunían todas las noches para rezar el rosario, una práctica que fortalecía los lazos familiares y la espiritualidad.

Celebraciones religiosas

La Semana Santa, la Navidad y otras festividades religiosas eran momentos de gran importancia. Los cachacos participaban en procesiones, misas y otras actividades religiosas con devoción y respeto.

Educación

La educación era valorada altamente. Las familias cachacas se aseguraban de que sus hijos recibieran una buena educación, tanto en términos académicos como en modales y etiqueta. Las escuelas y colegios religiosos eran preferidos por su enfoque en la formación integral de los estudiantes.

Anécdotas y Relatos Históricos

Para comprender mejor la vida de los cachacos, es útil conocer algunas anécdotas y relatos históricos que ilustran su forma de ser:

El Tranvía de Bogotá

Un relato popular cuenta que, en los primeros días del tranvía, los cachacos se mostraban reacios a utilizarlo por considerarlo una novedad innecesaria. Sin embargo, con el tiempo, el tranvía se convirtió en un símbolo de progreso y modernidad, y los cachacos adoptaron este medio de transporte con entusiasmo.

El Duelo de Honor

Aunque los cachacos eran conocidos por su comportamiento cortés, también existían ocasiones en las que se recurría a los duelos de honor para resolver disputas. Estos duelos, aunque raros, eran realizados con un estricto código de conducta y eran vistos como una forma de defender la honra personal y familiar.

La Fiesta del Corpus Christi

Una de las celebraciones más importantes era la fiesta del Corpus Christi. Los cachacos decoraban las calles con alfombras de flores y aserrín coloreado, y la procesión religiosa era un evento de gran solemnidad y belleza.

La Transformación de Bogotá y los Cachacos

Con el paso del tiempo, Bogotá ha experimentado grandes cambios, y con ellos, la figura del cachaco ha ido desapareciendo. La modernización de la ciudad, la llegada de nuevas influencias culturales y el crecimiento de la población han transformado la identidad bogotana. Sin embargo, el legado de los cachacos perdura en la memoria colectiva y en algunas tradiciones que aún se conservan.

El centro de Bogotá no pasa de moda

Hoy en día, aunque la figura del cachaco tradicional es menos común, algunos elementos de su cultura y estilo de vida se mantienen vivos en ciertas familias y barrios de Bogotá. La cortesía, el respeto por las normas sociales y el aprecio por la cultura siguen siendo valores importantes para muchos bogotanos.

Los cachacos representan un capítulo importante de la historia de Bogotá. Su estilo de vida, sus costumbres y su forma de ser nos recuerdan una época en la que la elegancia y el respeto por las normas sociales eran fundamentales. Conocer y valorar esta parte de nuestra historia nos permite entender mejor la identidad de nuestra ciudad y apreciar el camino que hemos recorrido.

Esperamos que este viaje al pasado te haya permitido conocer un poco más sobre los cachacos y la Bogotá de ayer. ¡Gracias por acompañarnos en este recorrido histórico!